Caso Hermanos Restrepo
En 1988, a las nueve de la mañana del 8 de enero, la Policía Nacional del Ecuador detuvo ilegal y arbitrariamente a los hermanos Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo Arismendy de diecisiete y catorce años, respectivamente.
Lo que hoy se sabe a partir de esa detención se basa en gran parte en el testimonio del ex agente de Policía, Hugo España. Según sus declaraciones, los niños fueron entregados al Servicio de Investigación Criminal de Pichincha, donde él trabajaba, y torturados durante varios días por miembros del SIC-10, grupo represivo de la Policía Nacional. En cierto momento, uno de los menores murió a consecuencia de la barbaridad de los asesinos.
El 11 de enero mataron al segundo hermano para eliminar el testigo que quedaba, una decisión tomada en el despacho del ministro de Gobierno, Robles Plaza, según insiste desde años el padre de los niños, Pedro Restrepo.
En la clandestinidad de las cuevas de Guápulo y escondidos por la noche, los cuerpos de los niños fueron descuartizados, empaquetados en fundas de plástico y botados a la laguna de Yambo, antes del amanecer del siguiente día.
Durante años agotaron todos los recursos legales y lograron que algunos policías, entre ellos el ex comandante general de la Institución, Gilberto Molina, fueron sentenciados.
Sin embargo, la familia Restrepo Arismendy insistía en que la desaparición de los dos jóvenes no era un delito de unos pocos malos elementos de la Policía, sino un crimen de Estado, fruto de una política de Estado que promovía una violenta e indiscriminada represión. Presentaron el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Frente a la posibilidad de ser juzgado internacionalmente, el Estado ecuatoriano admitió el 24 de febrero de 1998 su culpabilidad en el crimen cometido contra los hermanos Restrepo. Aceptó por segunda vez en pocos días después del caso Benavides la responsabilidad en un Crimen de Estado.
La CIDH mediaba un acuerdo entre el Estado y la familia, en el cual el Gobierno se comprometió entre otras cosas a elaborar un informe detallado de lo sucedido con los desaparecidos, enjuiciar penalmente a todos los involucrados que aún no habían recibido sanción, realizar una "completa, total y definitiva búsqueda en la laguna de Yambo" para encontrar los restos de los dos jóvenes y pagar una indemnización.
Lo último fue lo único que después se cumplió y hasta hoy han sido intocados los que gobernaron en aquel época el Estado que cometió el crimen.Aún quedan muchos interrogantes sin respuesta. Por ejemplo, la Policía nunca reveló la identidad del principal torturador y asesino, a quien se conoce hasta hoy solamente con el apodo El Chocolate.
En los días posteriores a la desaparición de los menores, los padres inician una intensa búsqueda. El día 14 de enero de 1988, se les informa que los menores se encontraban en una dependencia de la policía siendo investigados por un problema menor, sin embargo jamás se llegó a dar otra información.
Posteriormente, con fecha 28 de junio del año 1990, la Policía hace pública la posibilidad de la muerte de los hermanos Restrepo debido a la precipitación de su vehículo en la Quebrada Pacha, ubicada en el sector El Batán de la ciudad de Quito, mostrando como evidencia el vehículo destrozado al fondo de dicha quebrada, dentro del cual estaban tres zapatos de los hermanos Restrepo, sin embargo el padre de los menores deshecho la posibilidad mencionando las siguientes incoherencias en el informe de la policía:
1. El switch del vehículo se encontraba apagado, lo cual da muestras de que el vehículo no estuvo encendido al momento de precipitarse por la quebrada.
2. El vehículo no tenía marcas de volcamiento sino que más bien parecía que había sido destruido con anterioridad y luego volcado en la quebrada.
3. Los zapatos de los menores no tenían signos de uso ni de daño alguno, teniendo en cuenta que la zona en la que se precipitó el vehículo corre agua y lodo, además de que los zapatos fueron encontrados siete meses después de la desaparición de los menores.
4. Después que apareció el vehículo, la zona fue rastreada por bomberos, fuerzas especiales de la Policía, hombres rana del Ejército, hombres araña del Ejército, personal del SIC-P, expertos contratados por la familia. Nadie encontró ningún indicio de restos humanos.
5. 48 horas después de ese 8 de enero de 1988, grupos de la Cruz Roja, Boy Scouts y Defensa Civil no encontraron nada en esa quebrada, pese a las óptimas condiciones ambientales para conseguirlo. El vehículo apareció luego de 201 días de la desaparición de los menores.
6. La visibilidad de la quebrada es óptima desde los sectores de Guápulo, Monjas, González Suárez y desde el Hotel Quito. Sin embargo nadie se percató de un accidente de tránsito.
Luego de una búsqueda infructuosa sin resultados, a mediados de 1989, los padres de los menores denuncian el caso ante la CEDHUe inician posteriormente denuncias por los medios de comunicación. En medio de este reclamo, Doris Morán y Hugo Oswaldo Recalde, proceden a negociar con la familia la entrega de los menores a cambio del silencio, sin embargo los menores jamás aparecieron con vida. Luego de las negociaciones engañosas y las difamaciones en contra de la familia Restrepo, los padres deciden organizar plantones en la Plaza Grande de la ciudad de Quito.
En la presidencia de Rodrigo Borja se conforma una comisión internacional para investigar los crímenes de Lesa humanidad cometidos por el Estado ecuatoriano, esto debido a un informe acusatorio presentado por la DAS de Colombia en la que se acusa a la Policía Nacional del Ecuador de la desaparición de los menores. Con fecha 2 de noviembre de 1991, la comisión internacional presenta el informe ante el Presidente de la República, habiendo 88 sindicados en el caso Restrepo.
El 11 de agosto de 1991, aparece el ex-agente del SIC-10, Hugo España quien fue uno de los testigos principales del llamado caso Restrepo, quien acusa a Guillermo Llerena y dice que los restos de los menores fueron echados en la laguna de Yambo en Cotopaxi. En aquellas fechas es detenido Camilo Badillo, ex agente del SIC-10, por encontrarse evidencia de su culpabilidad en los crímenes.
El 16 de agosto de 1991, se dicta la orden de detención en contra de Hugo España por encontrarse evidencia en su contra respecto del caso de la muerte de los hermanos Restrepo.
En junio de 1995, la entonces Corte Suprema de Justicia dictó sentencia en el caso Restrepo. Los policías en servicio activo cabo segundo Víctor Camilo Badillo, subteniente Doris Morán, teniente Juan Sosa y teniente coronel Trajano Barrionuevo, fueron sentenciados a 16 años de prisión, en el caso del primero de ellos, y a 8 años los restantes. Fueron encontrados inocentes los coroneles Gustavo Gallegos y Gustavo Zapata. A pesar de estas sentencias, aun se discute la culpabilidad de muchos sindicados.
La denuncia de número 11.868 presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos llegó a su fin el 14 de mayo de 1998, durante la presidencia de Fabián Alarcón con una solución amistosa al conflicto, mediante el cual el Estado ecuatoriano reconoce su responsabilidad del caso de los hermanos Restrepo, comprometiéndose a pagar una indemnización de $2'000.000,00 (DOS MILLONES DE DOLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA) y de realizar la búsqueda de los cuerpos de los menores.
Posteriormente se realizaron nuevas búsquedas de los cuerpos de los hermanos Restrepo. La última terminó el 26 de agosto de 2009, sin que se hayan encontrado restos humanos en la laguna de Yambo de Cotopaxi, haciéndose únicamente un inventario de las cosas que fueron encontradas en dicha laguna, tales como armas, fundas plásticas, ropas y balas.
En diciembre 02 del 2011 la fiscalía realizó una nueva diligencia en base a una declaración de los sepulteros del cementerio El Batán. En este cementerio se excavaron unos cuerpos para realizar pruebas de ADN y comprobar si estos pertenecen a los hermanos Restrepo Arismendi.
Pedro Restrepo al respecto dice lo siguiente:
“Ellos cogieron a nuestros niños. Como no tenían licencia de conducir, los chicos se asustaron y huyeron, pero fueron apresados, torturados y asesinados. Para los uniformados, esas muertes son daños colaterales. Pasó y nadie los iba a investigar. La Policía era intocable. Ni la prensa se atrevía a hablar de las barbaridades que hacía. Nadie protestaba por las cosas que pasaban porque había miedo…"
Como se puede evidenciar también en el caso de los Hermanos Restrepo se muestra claramente la privación ilegal de la libertad junto a la desaparición forzosa, este caso ha conmovido al Ecuador ya que al tratarse de unos niños la sociedad se sensibiliza frente a ello.